No necesitas que la vida sea perfecta.
Necesitas comprender lo que te está pasando y dejar de sentir esa presión en el pecho y ese vacío interior que te quitan las ganas de todo.
Si atraviesas una crisis, no es un error ni un castigo.
Es una invitación a mirar más profundo.
Cada semana comparto contigo historias reales, reflexiones y recursos para atravesar estos momentos con claridad, sentido y un enfoque espiritual y energético que aterriza en lo cotidiano.
Durante mucho tiempo pensé que la vida se medía por lo que lograba.
Hasta que llegaron las primeras crisis.
Enfermedades inesperadas, noches en vela con un bebé en brazos, decisiones laborales que nos llenaban de incertidumbre…
En medio de todo eso me hice las mismas preguntas que quizás tú te haces ahora:
– ¿Por qué me pasa esto?
– ¿Qué sentido tiene?
– ¿Cómo sigo adelante?
Lo que no sabía entonces es que las crisis no vienen a destruirnos, sino a transformarnos.
Acompañar a muchas personas en sus procesos —y atravesar los míos— me enseñó que debajo del dolor hay un llamado: despertar, mirar lo que evitábamos y reconciliarnos con lo que somos de verdad.
La espiritualidad y el trabajo energético no llegaron a mi vida como una moda, sino como un recurso vital.
Descubrí que lo invisible también nos sostiene y que la energía con la que vivimos cambia la manera en que atravesamos las crisis.
Tal vez llegas aquí con la sensación de estar en medio de una tormenta.
O con una calma aparente que no llena el vacío que sientes por dentro.
Quizá estés buscando respuestas que no aparecen en los libros ni en los consejos rápidos de las redes.
Lo que comparto en esta lista no son frases bonitas. Las frases de tazas las dejamos para los desayunos.
Aquí son historias, reflexiones y herramientas sencillas que ayudan a atravesar la confusión, a escuchar lo que la vida está intentando mostrarte, y a sentirte acompañada en el proceso.
Quiero ser clara contigo y que desde el principio sepas lo que vas a recibir:
– Emails con historias reales, que te ayudarán a entender el sentido de lo que vives.
– Reflexiones que integran espiritualidad, energía y mirada sistémica de forma cercana y práctica.
– Pequeñas prácticas y preguntas que puedes aplicar en tu día a día para sentirte más presente y sostenida.
– Invitaciones prioritarias a encuentros, clases y propuestas dentro del universo IMRAMA®.
Ahora bien, prometo soluciones mágicas.
Lo repito para evitar confusiones.
NO prometo soluciones mágicas.
NO te va a ir genial repitiendo una frase o escribiendo en tu libro de manifestar.
Lo que ofrezco es acompañamiento, claridad y caminos que ya han sostenido a muchas personas en sus propios procesos.
Si estás buscando un lugar donde no tengas que fingir que todo está bien…
donde puedas ponerle nombre a lo que sientes y descubrir el sentido de tu camino…
✨ Únete ahora y empieza a recibir los correos.
Puede que la próxima historia que leas sea la chispa que necesitabas para empezar a ver tu crisis con otros ojos.
A lo largo de los años he visto algo que se repite una y otra vez:
mujeres que llegan sintiendo que están rotas o perdidas…
y que poco a poco descubren que, en realidad, lo que estaba pidiendo espacio era su propia luz.
Esa luz no se enciende con soluciones rápidas ni con frases motivacionales.
Se enciende cuando atraviesas tu sombra y miras tu verdad, miras quien eres y l oque has venido a hacer a la vida.
En mis correos encontrarás esa mirada:
– la que no juzga tus crisis,
– la que no te pide que seas fuerte todo el tiempo,
– la que te recuerda que incluso en medio del caos hay algo más grande que sostiene tu camino.
La verdadera transformación ocurre cuando el alma y la vida cotidiana se encuentran, cuando lo espiritual se hace humano y cuando dejamos que lo más profundo de nuestro ser ilumine nuestra forma de vivir y de relacionarnos.
A veces todo comienza con algo muy pequeño:
abrir un correo en el que, de pronto, sientes que alguien está poniendo en palabras lo que no sabías explicar.
Si algo de lo que has leído aquí resuena contigo, te invito a dar ese primer paso:
deja tu correo y únete a esta lista.
He visto a muchas personas volver a levantarse, a reconstruir su vida, a mirar sus crisis con otros ojos.
Y he visto que no hay un momento “perfecto” para empezar.
A veces, el verdadero inicio es este:
permitirte recibir una palabra que te recuerda que no estás sola.
